* La distancia desde el hotel es de 2,3 Km.

La cueva de Altamira es la máxima representación del espíritu creador del hombre. Todas las características esenciales del Arte coinciden en Altamira en grado de excelencia.

 

Las técnicas artísticas (dibujo, pintura, grabado), el tratamiento de la forma y el aprovechamiento del soporte, los grandes formatos y la tridimensionalidad, el naturalismo y la abstracción, el simbolismo, todo está ya en Altamira.

 

A la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior. Su singularidad y calidad, su magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos, hicieron que su reconocimiento se postergara un cuarto de siglo. Fue una anomalía científica en su época, un descubrimiento realizado en la cumbre y no en su grado elemental, un fenómeno de difícil comprensión para una sociedad, la del siglo XIX, sacudida por postulados científicos extremos y rígidos.

 

Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros, aunque sean las famosas pinturas policromas las más conocidas. Su conservación en las mejores condiciones constituye un reto científico y de gestión del Patrimonio y es el objetivo prioritario y la razón de ser del Museo de Altamira.

 

En 2001 se inauguro la nueva sede del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, muy cercano a la cueva original. La protección de la cueva de Altamira ha sido el principal condicionante en la ubicación, concepción y construcción del nuevo Museo de Altamira.

 

La programación cultural añade valor a la experiencia propia de la visita. Y todo ello en un museo moderno y funcional, un edificio de autor, integrado en un paisaje de bosques y praderas que permite disfrutar del paisaje actual y reflexionar sobre el pasado.

 

Acceso desde Castilla y León por Autovía A-67; acceso desde Asturias y País Vasco por Autovía A-8/E-70 (Salida 234 hacia Santillana del Mar). En Puente San Miguel y Santillana del Mar, desvío indicado hacia el Museo de Altamira.

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